Una flor de dalia en tonos fucsia y blanco, con un centro amarillo intenso, se presenta, en esta fotografía, en primer plano.
Sus pétalos exteriores muestran suaves transiciones de color, mientras que su interior revela una textura delicada.
El fondo, deliberadamente desenfocado, se compone de tonos grises y blancos, creando un contraste nítido que realza la intensidad de la flor.
Esta fotografía utiliza una técnica de «color splash» o «salpicadura de color», donde un elemento principal (la flor) se mantiene en color, mientras que el resto de la imagen se convierte a blanco y negro o tonos de gris.
Esta elección estilística crea un fuerte punto focal y dirige la mirada del espectador directamente a la dalia, intensificando su presencia y resaltando su belleza cromática.
La composición es central, con la flor ocupando una posición prominente en el encuadre, lo que le otorga un aire de importancia y aislamiento.
El desenfoque del fondo (bokeh) contribuye a separar la flor del entorno, eliminando distracciones y acentuando el contraste entre el sujeto nítido y el fondo etéreo.
Una curiosidad de las dalias
Hoy las conocemos principalmente por sus espectaculares flores ornamentales, originalmente eran cultivadas por los aztecas en México como un cultivo alimenticio por sus tubérculos comestibles.
De hecho, los botánicos europeos que las descubrieron en el siglo XVI incluso las clasificaron inicialmente como una verdura debido a esta característica.
Sus tubérculos tienen un sabor que recuerda a una mezcla entre zanahoria, apio y patata.
Autor: Wifredo Llimona
Id: F00024