La fotografía nos presenta un primer plano de un imponente gallo negro.
Su plumaje oscuro, de tonos intensos y brillantes, contrasta de manera llamativa con su prominente cresta roja que se alza sobre su cabeza.
La intensidad de su mirada, fija y penetrante, transmite una sensación de fuerza y determinación, sugiriendo un carácter dominante y orgulloso.
La luz ambiental resalta las plumas del animal, destacando sus texturas y revelando sutiles matices en el plumaje.
Cada detalle (desde la rugosidad de la cresta hasta el brillo de sus ojos) es fotografiado con precisión, otorgando a la imagen una sensación de realismo y vitalidad.
La composición, centrada en el rostro del gallo, invita a detenerse y observar, a conectar con la presencia poderosa de este animal que parece, por un momento, mirar más allá del encuadre.
Acerca de los gallos
Los gallos negros son aves que llaman la atención por su apariencia elegante y poderosa.
Su plumaje oscuro, que puede variar desde un negro mate hasta un tono brillante con reflejos metálicos, les da un aire de misterio y distinción. A diferencia de los gallos de colores más vivos, los negros destacan por su sobriedad y presencia imponente.
Son animales territoriales, vigilantes y suelen ser los líderes del gallinero.
Por su color tan particular, a menudo se les asocia con significados simbólicos. En muchas culturas, el gallo negro es visto como un guardián o un animal de poder. También se le vincula con la noche, lo desconocido, e incluso con la protección contra malas energías.
Su canto al amanecer, marcando el inicio de un nuevo día, refuerza esta idea de ser un símbolo de vigilancia y renovación.
Más allá de mitos y creencias, los gallos negros son aves fascinantes que combinan belleza, fuerza y un carácter único.
Son un ejemplo del vínculo profundo entre el ser humano y los animales, no solo por su utilidad en la vida rural, sino también por el lugar que ocupan en la imaginación colectiva.
Autor: Wifredo Llimona
Id: F00057
