En esta fotografía, capturada con un alto rango dinámico (HDR) que realza los contrastes y saturaciones, vemos un teléfono público urbano olvidado y vandalizado, cubierto de pegatinas, grafitis y marcas del tiempo.
El encuadre frontal simétrico resalta la estructura del aparato, mientras que la textura metálica y desgastada del teléfono crea un fuerte contraste con los reflejos del cristal lateral.
La composición juega con líneas verticales y colores vibrantes, donde el caos visual del arte callejero y el tiempo transforman este aparato cotidiano en un vestigio urbano del pasado.
Acerca del vandalismo
El vandalismo en el mobiliario urbano representa un grave deterioro del espacio público y una falta de respeto hacia los bienes comunes.
Bancas, farolas, paradas de autobús, papeleras y esculturas urbanas suelen ser blanco de actos como grafitis no autorizados, roturas, quemaduras o robos.
Estas acciones no solo afectan la estética y funcionalidad del entorno, sino que también generan costos de reparación para las autoridades y reducen la calidad de vida de la comunidad.
Cuidar el mobiliario urbano es responsabilidad de todos, ya que forma parte del patrimonio colectivo y contribuye al bienestar en las ciudades.
Autor: Wifredo Llimona
Id: F00917