En esta fotografía vemos un tronco desgastado por el paso de los años.
Revela un tapiz de diminutos agujeros, testigos del incesante trabajo de insectos y del clima.
Entre la textura erosionada de la madera, dos pequeñas piedras han quedado atrapadas en una cavidad, como si la naturaleza hubiera querido dejar su firma en esta escultura orgánica.
La luz acentúa los relieves y sombras, resaltando la belleza de la decadencia natural que esta imagen logra capturar.
Sobre el estilo fotográfico, la imagen tiene un enfoque claramente documental y naturalista, con una inclinación hacia lo textural y minimalista.
La composición simple y centrada invita a la contemplación de los detalles, haciendo que un elemento cotidiano, una madera carcomida, se convierta en un objeto de contemplación estética.
El encuadre cerrado resaltan la materia y la historia implícita en ella, donde la imperfección y el desgaste se convierten en belleza.
Sobre la madera
La degradación de la madera en entornos naturales es un proceso fascinante y esencial para el equilibrio ecológico.
En la imagen, vemos un claro ejemplo de este fenómeno: un tronco que ha sido profundamente afectado por la acción del clima, microorganismos y sobre todo insectos, como escarabajos perforadores o termitas.
En ambientes al aire libre, la madera sin tratamiento se va descomponiendo por la acción combinada de la humedad, el sol, los cambios de temperatura, y los organismos vivos.
La humedad, por ejemplo, abre la puerta a hongos lignívoros que debilitan la estructura de la madera, mientras los insectos excavan túneles para alimentarse o crear refugio, dejando patrones como los que se aprecian en la fotografía.
Lo curioso es que este proceso de descomposición no es sólo “destrucción”, sino parte del ciclo natural de los bosques.
La madera muerta se convierte en refugio para animales, almacén de nutrientes para el suelo y un hábitat temporal para hongos, líquenes y musgos.
En ese sentido, este tipo de imagen no solo muestra deterioro, sino renovación y transición: la madera vuelve poco a poco a la tierra de donde vino.
La textura y los patrones que deja este proceso, como los miles de pequeños agujeros en la imagen, pueden verse como una especie de “lenguaje de la naturaleza”, donde cada marca cuenta una parte de la historia de esa madera.
Autor: Wifredo Llimona
Id: F00173